El masaje es una forma de manipulación de las capas superficiales y profundas de los músculos del cuerpo, generalmente tiene por objetivo aliviar tensiones, promover la relajación y el bienestar general. También es utilizado como un método de tratamiento manual de aquellas partes del cuerpo  susceptibles a padecer alguna dolencia.   Puede realizarse en cualquier parte del cuerpo, con las manos,  mediante aparatos mecánicos sobre la superficie muscular o incluso con los antebrazos, codos o pies.

Algunos tipos de masajes son:

• Masajes relajantes: Tienen como objetivo  eliminar la tensión y  el estrés. Se hacen  en todo el cuerpo, haciendo énfasis en el cuello y la espalda.

• Masajes terapéuticos: Son usados para tratar problemas músculo esqueléticos.

• Masaje de tejido profundo: En estos se emplea la técnica de  fricción,   son usados para eliminar la tensión muscular causada por lesiones, problemas de postura, etc.

• Masaje con piedras volcánicas: Se colocan las piedras ejerciendo una presión leve sobre ellas para masajear el cuerpo y aliviar la tensión muscular.

La reflexología es una terapia alternativa, cuyo objetivo es  restablecer el balance natural de la energía y mejorar la funcionalidad del cuerpo. A diferencia del masaje,  se centra en   la presión de  puntos reflejos específicos  ubicados sobre diferentes zonas del cuerpo, principalmente en los pies en donde se concentran más de 7.200 terminaciones nerviosas.

Permite la liberación de energía y por vía refleja en el sistema nervioso, trabaja sobre cada órgano, para  eliminar los  bloqueos energéticos  presentes y mejorar  el  funcionamiento  reestableciendo su correcto funcionamiento.

Una ventaja que tiene esta terapia   y que la diferencia del masaje  tradicional, es que  permite al profesional que la realiza, detectar problemas de salud,  mediante  la sensibilidad y el dolor presente en ciertas áreas del pie.  Estos son un indicativo de la existencia de ciertas patologías y así  poder darles un tratamiento temprano.