El médico estadounidense William FitzGerald,  considerado el padre de la reflexología, desarrolló la teoría de las terapias zonales, basado en  el conocimiento de los meridianos de la medicina tradicional china. El doctor FitzGerald dividió  el cuerpo humano en diez zonas y   promulgo que haciendo presión sobre ciertos puntos del cuerpo,  observaba una mejoría  en las funciones de determinados órganos y un alivio significativo del dolor.       Este conocimiento dio origen a nuevas investigaciones realizadas por otros profesionales de la salud  como el   Dr. Joe Shelby Riley    y la fisioterapeuta Eunice Ingham  quien trabajó para Riley.  Estos estudios dieron  un contexto científico a lo que los antiguos egipcios practicaban de manera intuitiva.

Como resultado del conocimiento de estas terapias zonales podemos hablar de varios tipos de reflexología:

1. REFLEXOLOGÍA PÓDAL:

En los pies  se encuentran cerca de 7.200 terminaciones nerviosas,   que los hace muy sensibles a la estimulación y que los conectan con la totalidad del cuerpo: Cerebro, ojos, oídos, pulmones, vesícula, corazón, hígado, estómago, páncreas, riñón, intestino, columna vertebral, hombros, brazos, esófago, bazo, suprarrenales, vejiga, tiroides, duodeno, colon transverso, nervio ciático, apéndice, cuello, testículos, ovarios, entre otros.

Eunice Ingham tras una exhaustiva investigación elaboró  el mapa del cuerpo entero en  los pies,  dado que todos los  nervios de los órganos convergen en un punto específico en estos y desarrolló además un método de tratamiento para las áreas reflejas   que se usa en la actualidad; los óptimos resultados de esta terapia la hacen una de las más usadas por los terapeutas profesionales.

2. REFLEXOLOGÍA EN LAS MANOS:

Al igual que los pies las manos tienen puntos que las conectan con diferentes partes del cuerpo: Cerebro, pulmones, bronquios, glándula pineal, hipófisis, cuello, diafragma, hombros, hígado, vesícula biliar, estómago, glándula suprarrenal,  tiroides,  vejiga, útero, próstata, intestino, riñones, colon, bazo, ojos, oídos, intestino, garganta, columna vertebral, músculos y glándulas linfáticas abdominales, músculos.

Es importante aclarar que la corresponsabilidad entre los órganos y lo puntos reflejos de las manos no son simétricos, es decir cada mano tiene puntos que la conectan con distintos órganos del cuerpo, por ejemplo, para actuar sobre la vesícula se debe estimular un punto en la mano izquierda, pero no en la derecha.

3. REFLEXOLOGÍA FACIAL:

Ya que en el rostro se encuentran más de 1.200 terminaciones nerviosas, esta es una técnica similar a la empleada en los pies y en las manos. Mediante el estímulo en estos puntos nerviosos, es posible lograr un equilibrio físico y emocional.

El rostro tiene conexión  con órganos como el hígado, corazón, riñones, estómago, pulmones, páncreas, intestino y vesícula, entre otros. Además se cree que tiene beneficios estéticos  y que activa la circulación del rostro.

4. REFLEXOLOGÍA AURICULAR:

Consiste en la estimulación de puntos reflejos ubicados en el pabellón de la oreja, (120 aproximadamente), para enviar información al cerebro y activar los mecanismos de auto curación del cuerpo.  Se cree que el lóbulo representa la cabeza, los bordes la zona corporal y la zona interior el abdomen.

Esta reflexología también es realizada para la relajación.